Estamos en el mes de la eficiencia energética y todos los años nos enfrentamos ante lo difícil que es “vender” la eficiencia energética no sólo como parte de nuestro trabajo, sino que incluso al explicar en qué trabajamos a cualquier persona que nos pegunte y que no esté muy ligada a estos conceptos. Lo bueno es que cada año se nos va haciendo un poco menos difícil transmitirlo. Por supuesto que nos facilita la vida la difusión que hace la Agencia, el Ministerio, y otras instituciones en términos de qué es la eficiencia energética, también las tendencias globales y las nuevas tecnologías que van en línea con el mejor uso de la energía. Pero no es menor el hecho de que con nuestra convicción también transmitimos mejor lo que hacemos. Porque por un lado hablamos de lo que hacemos con certeza técnica, pero también por otro lo hacemos creyendo de verdad en lo que hacemos, y es así como logramos que nos pongan atención y que nos tomen en serio, esto marca diferencias.
Detrás de esta convicción hay valores que nos impulsan a trabajar en algo que sabemos que hace un poco mejor al mundo que nos rodea, y esta aspiración es algo que en las personas de nuestro equipo se refleja más allá de promover el buen uso de la energía. Por eso este equipo es creíble cuando tiene que explicar una compleja intervención técnica, una nueva certificación o como incorporar la eficiencia energética en una malla de estudio, porque transmitimos que creemos en lo que hacemos.
Aprovechando el mes de la eficiencia energética, agradezco por esta actitud del equipo de la Agencia, y especialmente por el muy buen clima laboral que se ha podido construir en este periodo, por trabajar con personas que se la juegan a la hora que sea por apoyar a compañeros que pasan por un momento complicado, y que también disfrutan relajada y honestamente actividades extra laborales juntos y que lo pasan de verdad muy bien. Cuando logramos sumar capacidades técnicas y profesionales a valores como los que existen en nuestro equipo siento que podemos llegar muy lejos.
Así es mucho más fácil transmitir que la eficiencia energética es calidad de vida y que se construye con calidad humana buscando hacer del mundo un lugar mejor.
